Es indudable el interés que está despertando la danza oriental o danza del vientre como actividad en academias de danza, gimnasios y centros de fitness; aunque está cobrando un gran éxito como algo novedoso, nada más lejos de la realidad, es una de las danzas más antiguas del mundo.
Unos apuntes de historia sobre la danza del vientre
Actualmente hay bastante controversia con respecto a los orígenes de la danza del vientre o danza oriental, pero se sabe que tiene su origen en el Antiguo Egipto, donde se practicaba como culto a la fertilidad en los templos.
Posee una larga tradición en Oriente Medio y en África del Norte, existiendo diversos estilos y disciplinas.
A partir del siglo XX, esta danza comienza a subirse a los escenarios, combinando elementos del folklore egipcio, la danza clásica y la contemporánea; es así tal y cómo la conocemos actualmente.
¿El porqué del éxito de la danza del vientre?
La popularidad de la danza del vientre radica, ante todo, en la expresión de la feminidad a través de sus movimientos. Se caracteriza por ser una danza refinada, donde cobran gran importancia los movimientos disociativos, de manera que se trabajan ciertos grupos musculares a la par que otros se mantienen en descanso para así centrar la atención en partes concretas del cuerpo.
Es importante destacar que no hay que tener una forma física especial para practicar esta danza, ni un físico ni una edad determinada, ¡todo el mundo puede aprender!
Los movimientos principales nacen de las caderas, el vientre, el pecho y los hombros, utilizando los brazos para mantener una postura equilibrada y estética que dé fluidez y elegancia a la bailarina.
Existen, además, diferentes elementos que hacen más atractiva esta danza, como el velo, los abanicos de seda, el bastón, los crótalos, el sable,… Lo que consigue diferenciar una gran variedad de estilos que le otorgan mayor riqueza a la danza oriental.
Además, en la versión más actual de la danza del vientre se han ido integrando giros y desplazamientos tomados de la danza clásica y contemporánea, ofreciendo así un carácter más dinámico, dramático y espectacular en las coreografías.
Todas estas característica dotan a la danza del vientre de un gran atractivo para numerosas mujeres que deciden practicarla como actividad de ocio, además de por sus beneficios tanto físicos como psíquicos.
Beneficios físicos y psicológicos de la danza del vientre.
Partiendo de la base de que en las primeras clases de danza oriental se insiste en la colocación postural, se consigue poco a poco acostumbrar a la bailarina a que todos sus movimientos partan de una postura correcta, en la que la columna vertebral se encuentre alineada, la pelvis se encaja de modo que no se fuercen los músculos lumbares, y el pecho y la cabeza se mantengan erguidas.
Con esta postura se consigue una mejora de la coordinación y un mayor control sobre el equilibrio, además de otros beneficios físicos como los siguientes:
.- Tonifica la musculatura, previniendo dolores de espalda.
.- Mejora la flexibilidad.
.- Mantiene el tono del suelo pélvico.
.- Ayuda a relajar la pelvis, aspecto que favorece el parto en las mujeres.
.- Los movimientos centrados en la zona abdominal ayudan a aliviar los dolores de la menstruación y potencian la motilidad del tránsito intestinal.
Con respecto a los beneficios psíquicos, están demostrados los siguientes aspectos:
.- Mejora la autoestima y la confianza en una misma.
.- Trabaja la memoria al practicar combinaciones de pasos y coreografías.
.- Ayuda a la desinhibición.
.- Aumenta el estado de ánimo.
.- Potencia el sentimiento de feminidad y sensualidad en la mujer.
.- Mejora la percepción del propio cuerpo.
¿Pueden los hombres practicar danza oriental?
Pues sí, también los hombres practican danza oriental, de hecho, muchos maestros egipcios de esta disciplina son hombres, coreógrafos ampliamente reconocidos y formadores de grandes bailarinas.
Sí es cierto que los hombres han bailado danza oriental de carácter más folclórico (saidi, tahtib, giro sufí), con un carácter marcadamente masculino, pero actualmente también practican la danza oriental clásica, por lo que no tiene por qué parecer femenino, si no que depende de la actitud personal que muestre el bailarín al danzar.
¡Feliz danza!
Belén Gómez es, a parte de dietista-nutricionista, una apasionada de la danza.
Compagina sus consultas de nutrición en la Sierra de Madrid con la práctica de la danza oriental, formando parte de la compañía Shamsia desde el año 2009, dirigida por la bailarina y coreógrafa Sylvia Kumiray, quien organiza festivales, espectáculos y talleres para la difusión de la danza del vientre por la Comunidad de Madrid.
Recuerda que puedes seguirnos en Facebook y Twitter.
Muy buen artículo. Doy fe de que mejora considerablemente la autoestima y el estado físico. Padecí dolores lumbares persistentes hasta que comencé a practicar esta danza de forma asidua, y desde entonces se fueron mis molestias. Además si se toma medianamente en serio, se acaba necesitando practicar más, o incluso hacer ejercicios más específicos de estiramientos, equilibrios, trabajar los brazos, la espalda, los abdominales y el suelo pélvico, de manera más exhaustiva, para mejorar la postura, el equilibrio, los giros, etc….
Por otro lado en algunas corrientes también se fusiona con movimientos de artes marciales, lo que para muchas de nosotras, aunque no las practiquemos, dotan a esta danza de un aliciente más.
Y por último me gustaría comentar que también está indicada durante el embarazo, por si alguien lo dudaba. El único cuidado que debemos tener es sobretodo en los trimestres primero y tercero.
Durante el primero es importante tener cuidado con los movimientos bruscos. Evitaremos los shimies, golpes y las vibraciones, y de hacerlos será con suavidad y de manera poco enérgica. En cambio en el último trimestre, y siempre teniendo en cuenta escuchar nuestras sensaciones, se evitará la vuelta africana por ser un movimiento expulsivo.
Esta danza también es y ha sido usada para acompañar a las parturientas. En ocasiones éstas eran acompañadas por las mujeres de su tribu, con música y danza, en un ritmo que se iba intensificando a lo largo del proceso del parto, y la vuelta africana ayuda en el expulsivo, acelerándolo, de manera que también puede contribuir a adelantar un parto, al sumarse a las contracciones uterinas Braxton Highs que se tienen en las últimas semanas de gestación y que en algunas mujeres son muy intensas.
Y dos últimos apuntes para las embarazadas o sus guías en el mundo del ejercicio.Durante el embarazo las mujeres producimos una hormona llamada relaxina. Esta hormona hace que seamos más flexibles para poder llevar bien el embarazo y el parto. Las costillas se desplazan para que los órganos se reordenen según aumenta el tamaño del útero, la columna aumenta su curvatura lumbar para trasladar el eje y contribuir al equilibrio, la pisada se modifica, las caderas se mueven en el parto para aumentar el canal de parto,… Por eso aunque parezcamos mucho más flexibles y realmente lo seamos a nivel óseo, también corremos más riesgos de caídas y torceduras de pies, y podemos forzar innecesariamente otras partes que no está previsto que se flexibilicen tanto como pueden ser los músculos,…. Así que cuidado. El otro apunte es simplemente escucharse. Lo que ayer podía hacer puede que hoy me duela y sin embargo mañana no. Es básico escuchar nuestras sensaciones y no forzar. Además durante todo el embarazo se evitará el fatiga, esa que deja sin aliento, pues es fácil marearse, y además al ejercicio que realicemos se debe sumar que estamos con un sobreesfuerzo permanente al cargar con más peso y bombear un volumen mayor de sangre.